miércoles, 2 de junio de 2010

La situación de tensión sigue en aumento. Llamado a la reflexión.

Lo que ayer parecía ser el peor escenario, hoy supera y desborda gravemente el límite de lo imaginado. Desde fines del año pasado y tras el cambio de gestión de las máximas autoridades de la facultad, vienen ocurriendo en nuestra Casa una serie de hechos esencialmente antidemocráticos que pujan en desmedro de los derechos estudiantiles, la pluralidad de voces, y el clima de armonía, respeto y convivencia que esperamos y pretendemos para nuestra facultad.

Durante la semana del jueves 27 de Mayo, las autoridades de la facultad convocaron a una sesión extraordinaria de Consejo Directivo con el fin de sancionar a un estudiante y consejero directivo estudiantil por supuestos actos de discriminación. Este hecho dista de ser un ítem más de la larga lista de ominosas medidas que se vienen esgrimiendo, pues añade esta vez prácticas de oscuras épocas donde las voces se acallaban a través de la persecución política.

Si entendemos a la política como “el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo”, será sencillo entender entonces, con sólo observar las medidas ejecutadas, el rumbo ideológico que ha tomado la actual gestión. Basta mencionar: 1) el cierre de los espacios del CEN – Centro de Estudiantes de Nutrición- (Nutriaula, biblioteca, gabinete de computación), 2) el cierre de espacios de empoderamiento estudiantil en Medicina (Histoteca, Huesoteca, Puesto Sanitario), 3) el cierre de la escuela de Payamédicos, 4) la incorporación de funcionarios macristas en el gobierno de la facultad, 5) la persecución política de representantes del CeCiM y consejeros directivos estudiantiles elegidos democráticamente, 6) la cesantía de personal docente y no docente, 7) el arancelamiento de los cursos de extensión (antes gratuitos) del Centro Cultural José Ingenieros, entre otras. Más claro, échale agua.

Quienes creemos y defendemos el sistema democrático de gobierno y profesamos ideas progresistas y populares, repudiamos el rumbo adoptado. ¿Con qué licencia, prerrogativa o privilegio se atreven a desavenir las universales necesidades y las conquistas que han sido LOGROS de TODOS los estudiantes? ¿para quienes debieran gobernar las autoridades? En nuestro Bicentenario de la patria queremos una facultad TOLERANTE e INCLUSIVA, que mire de cara a la sociedad y sus necesidades, y no le de la espalda ignorando que es aquella quien legitima su razón de existencia.
Repudiamos asimismo a quienes presuntamente “en nombre de los estudiantes” se han empeñado siempre en exceso de llevar rebeldemente y con creativa y sobrada maledicencia las banderas de la democracia, y hoy dedican amables líneas reptando condenados a sus pactos de poder junto a aquellos que quieren y demuestran convertir la facultad en un lugar más injusto, desigual y represivo. Hoy, que la lucha se ha vuelto imperativa, sus banderas yacen quietas, inmutables y cómplices.

Esto es más que un simple comunicado a la comunidad estudiantil; es un llamado a la reflexión para quienes son los actores de ésta inescrupulosa embestida frente a los derechos más simples y primordiales de los estudiantes. Queremos estudiar, así como queremos que tengan posibilidad de estudiar aquellos compatriotas que por infortunios de la vida y de la historia, hoy medran excluídos de ésta institución que debiera darle el bastón, la mano, el libro y la palabra.

Pedimos humildemente cordura, prudencia, sensatez y por sobretodo REFLEXIÓN para poder convivir en un marco de tolerancia y respeto entre nuestras diferencias.

EL GRADIENTE - VCT

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